Tríptico del Jardín de las Delicias, El Bosco, 1480-1490
El jardín de las delicias es la obra más conocida del pintor Hieronymus Bosch. Se trata de un tríptico pintado al óleo de 206 x 386 cm, compuesto por una tabla central y dos laterales (pintadas en sus dos lados) que se pueden cerrar sobre aquella.
En la tabla de la izquierda podemos ver el paraíso con Adán y Eva recién creados por Dios en medio de un jardín espectacular con animales variados, rocas fantasmales, flora original y una imaginativa fuente, la fuente de la vida.En la tabla derecha se representa el infierno, los condenados, protagonistas de diversos pecados, sufren tormentos en medio de un paisaje desolado, en llamas, amenazante y lleno de seres horrendos que los devoran, aplastan y asesinan.
En el centro se encuentra el hombre-árbol , quien , sin culo y con sus brazos en forma de troncos secos y sus manos como botes flotantes, contempla lo que sucede en sus entrañas. Sobre su cabeza un disco con demonios y sus víctimas en torno a una gaita.
En el ángulo inferior derecho aparece Lucifer como un monstruo con cabeza de pájaro y pies de vasijas que engulle cuerpos para después defecarlos en un orinal desde donde caen a un pozo. En él el glotón (gula) es obligado a vomitar y un individuo defeca monedas (el dinero no sirve en el infierno). Al lado, la dama orgullosa (soberbia) se ve obligada a reflejar sus encantos en las nalgas de un diablo. En un lago los patinadores caen y se hunden. Encima, un caballero con armadura (ira) es atacado por una jauría. Puede tratarse también de sacrilegio pues se aferra a un cáliz de oro. Un tanque infernal. formado por dos orejas y un filo avanza sobre los condenados y los aplasta. Incluso los instrumentos musicales sirven de armas terribles para ejecutar a los malditos. Los personajes situados en primer término parecen condenados por el juego y las tabernas ya que portan dados, naipes y tableros de juego.
La tabla central nos muestra una complicada escena con cientos de personajes en actitudes “muy interesantes”. Observa: en un estanque circular un grupo de mujeres desnudas se da un baño y son contempladas por un numeroso grupo de jinetes también desnudos que cabalga alrededor. La escena es explícitamente sexual (montar un caballo es un símil de realizar el acto sexual) y los caballeros pretenden relación carnal con las damas (la más atrevida ya está saliendo del agua). El fondo está ocupado por unas imaginativas estructuras absolutamente fantasiosas y surrealistas.
En todo el paisaje vemos animales y frutos con tamaños desmesurados y hombres y mujeres, todos desnudos, entregándose febrilmente a todo tipo de placeres carnales. Fíjate bien en las posturas, actos, desviaciones sexuales, es muy divertido. La lujuria lo invade todo, no hay niños, sólo adultos muy pálidos con algún negro para contrastar.
El Bosco utiliza un punto de vista muy alto (como si estuviésemos observando desde una torre) y así se ve mucho paisaje, el horizonte queda muy lejano. Los colores son muy variados y estridentes, lo que, junto con lo representado, acentúa la sensación de sueño fantástico que impregna todo.
La perspectiva se consigue empequeñeciendo lo que se encuentra lejos. Se hace hincapié en el movimiento de los personajes y en una representación realística de los mismos.
Algo muy típico de los pintores holandeses y flamencos del renacimiento es la minuciosidad en los detalles, hasta el punto de que con una lupa podríamos observar minúsculos detalles que a simple vista pasan desapercibidos.
El Bosco es uno de los pintores más misteriosos de toda la historia del arte y no es fácil interpretar sus obras. Podemos decir que la tabla izquierda significa la inocencia del hombre en el momento de la creación. La tabla central podríamos definirla como un sueño erótico desenfrenado ya que la lujuria era considerada en la época como el origen de todos los demás pecados. Esta entrega al erotismo la pagarán cara en la tabla de la derecha donde el infierno les espera. En esta pesadilla demonios y monstruos trabajan a destajo para infligir horrorosos tormentos a los condenados. Muchos animales tienen un significado oculto: el pájaro la libertad, el mono el placer sexual, el perro la fidelidad, etc.
COMO JUEGO; CUANDO TENGAS TIEMPO, A VER SI ENCUENTRAS :
Una cerda vestida de monja besando a un hombre.
Una pareja copulando dentro de un mejillón.
Un conejo que lleva a su víctima suspendida de una pértiga.
Unos pájaros salen del trasero de un condenado.
Un personaje introduce unas flores por el recto de otro.
“Menage à trois” dentro de una campana transparente.
Haciendo el pino en un lago tapándose los genitales, donde hay frutas y pájaros.
Un hombre se encariña de una lechuza.
Grupo portando un crustáceo con tres cuerpos enseñando sus culos grises.
Grupo mostrando ostentosamente sus posaderas sobre las que hurgan negros cuervos.
Jinete haciendo un mortal sobre su caballo.
Para ampliar información, puedes visitar este enlace:
Cuando el tríptico está cerrado, presenta el tema del vendedor ambulante, atribuido a su taller. Representaría el camino de la vida, con un peregrino, una especie de ermitaño, acechado por los peligros del viaje, y que se resiste a las tentaciones representadas por la pareja que baila (lujuria).
Sin embargo, cuando está abierto podemos advertir tres paneles muy diferentes.
En el panel izquierdo podemos apreciar el Paraíso Terrenal. La tabla de la izquierda está dedicada a la creación, el pecado y a la expulsión de Eva y Adán del paraíso. Este a la izquierda muestra cuatro episodios distintos: en lo alto, la caída de los ángeles rebeldes, que mientras se precipitan cambian de forma y asumen el aspecto de sapos e insectos. Aún más abajo y a la derecha está el pecado original con la serpiente con cabeza de mujer y manos con garras.
Finalmente, la expulsión del Paraíso terrestre está coronada por una planta con espinas y varios frutos, uno de ellos picoteado por un pájaro como símbolo de lujuria, mientras el cardo simboliza las tentaciones de los sentidos.
En la tabla central aparece un enorme carro repleto de heno y un sinfín de personajes. En la cima del carro se desarrolla una escena cortesana, unos amantes, la música, y un ángel y un diablo. Es una especie de “jardín del amor” donde el ángel mira a Jesucristo en una nube mientras el diablo participa del juego musical y sexual que se adivina. Jesús presenta una expresión de paciencia.
El carro es gigantesco y está completamente lleno. Según todos los expertos, el tema alude a un versículo de Isaías: “Toda carne es como el heno y todo esplendor como la flor de los campos.El heno se seca, la flor se cae”.
Estamos ante una alegoría de lo efímero de los bienes y placeres materiales y de lo pasajero de todo lo de este mundo. A esa felicidad terrenal y material, representada por el carro, quieren subirse todos.
En ese intento están todas las clases sociales, reyes y obispos, pueblo llano, etc. La gente pobre se pelea y se empuja por conseguirlo desesperadamente, mientras príncipes y prelados cabalgan mansamente porque ya tienen la riqueza (el heno) conseguida; representan el pecado del orgullo.
A los pies del carro vemos otros pecados capitales, así puedes contemplar el mendigo farsante (con un niño), es la avaricia que conduce al engaño y al fraude.
En el ala de la derecha presenta se presenta el infierno y el castigo de los pecados. El infierno se representa como una ciudad incandescente, con diablos dedicados a la construcción de una torre, quizá referencia a la bíblica Torre de Babel. Se repiten aquí los incendios de estructuras, tan típicos de la obra del Bosco, pues pueden verse similares igniciones en el panel derecho del Juicio Final de Viena, así como en el lateral derecho de El Jardín de las Delicias. Son edificios incendiados en los que se ve que el fuego viene desde abajo.
Otras obras de El Bosco:
Piedra de la Locura
Autor: El Bosco
Fecha: 1475-80
Museo: Museo del Prado
Características: 48 x 35 cm.
Estilo: Pintura Flamenca
Material: Oleo sobre tabla
Copyright: (C) ARTEHISTORIA
Comentario
Esta tabla de El Bosco resulta particularmente hilarante en el tratamiento del tema. La Extracción de la Piedra de la Locura era una supuesta operación quirúrgica realizada durante la Edad Media. Según los testimonios escritos, consistía en la extirpación de una piedra que causaba la necedad en el hombre, la suprema estupidez. Los testimonios dan a entender que algunos casos que realmente se ejecutaron tenían el carácter de una lobotomía. En la práctica más frecuente, esta extracción era un rito simbólico que el curandero realizaba sobre el paciente, para curarle de la estulticia. El Bosco plantea la escena en un círculo, rodeado por una leyenda en hermosos caracteres góticos: "Maestro, quíteme la piedra, me llamo Lubbert Das". Este nombre es un tópico en la cultura neerlandesa para designar al culmen de la estupidez humana. Además, el personaje que le opera lleva en la cabeza un embudo, tal vez alegoría de la locura, y está acompañado por dos religiosos, un clérigo y una monja, que lleva sobre su cabeza un libro cerrado; esto nos inclina a pensar que sean alegorías de la superstición y la ignorancia, de la cual se acusaba frecuentemente al clero. Este tema, unido al formato circular que podría remitir al de un espejo, parecen arrojar al mundo la imagen de su propia estupidez al desear tan erróneamente superarla. Por cierto, que la piedra del tema no es tal, sino que de la frente del gordo campesino sale una flor, similar a la que yace sobre la mesa del "médico".
La nave de los locos
Autor: El Bosco
Fecha: 1490-1500
Museo: Museo Nacional del Louvre
Características: 57,8 x 32,5 cm.
Estilo: Pintura Flamenca
Material: Oleo sobre tabla
Copyright: (C) ARTEHISTORIA
Comentario
Existe una hipótesis según la cual la Nave de los Locos podría haber formado parte de una serie dedicada a los Pecados Capitales, cuyas tablas estarían perdidas excepto una, la Muerte del Avaro. Esta pintura, por tanto, podría representar el pecado de la gula, sin embargo ha sido cortada por arriba y por abajo, limitando las posibilidades a la hora de interpretar la escena puesto que faltan personajes. La nave está llena de monjas y frailes, alrededor de una mesa, con instrumentos musicales. Tanto la música como las cerezas del plato aluden a la lujuria, por lo que el pecado representado podría ser también éste. Todos cantan y beben; una monja hace proposiciones al borracho caído. La nave no tiene proa ni popa, lo que indica que no tiene dirección. Hombres desnudos nadan a su alrededor y piden bebida. En el centro, los personajes parecen querer morder un enorme buñuelo colgado, mientras otro trepa por el mástil para atacar a un pollo asado. El mástil es un árbol, del que flota un pendón con la media luna de los turcos. Entre el follaje vemos una lechuza, que simboliza la herejía.
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