jueves, 9 de mayo de 2024

miércoles, 8 de mayo de 2024

CAMILLE CLAUDEL VS RODIN

 ACTIVIDAD VOLUNTARIA: Visualiza el vídeo acerca de Camile Claudel, escultora impresionista, colaboradora y amante de Rodin .Haz un breve resumen en el que incluyas obras. Dí qué opinas de como terminó.

Vale dos positivos.


martes, 7 de mayo de 2024

EXPOSICIÓN CARTELES MODERNISTAS. CAIXAFORUM

  
  Como ya sabréis, soy fanática del Modernismo
 Aquí os dejo una muestra de lo que se pudo ver en la exposición que hizo Caixaforum y la página donde podéis ver todas las obras de Alphonse Mucha, pintor modernista. (Pincha en su obra)
La exposición propone redescubrir los orígenes del cartel artístico moderno, como reclamo publicitario y como obra de arte.
En la muestra se exhibe una importante selección de carteles que reflejan la modernidad artística, industrial, social y cultural de la Europa del 1900, en el período de cambio de siglo.


 

EL MODERNISMO: UN ESTILO NUEVO PARA UN TIEMPO NUEVO.

Pincha en la foto para ver más sobre Art Nouveau y en este ENLACE para ver joyas...

               




Vestíbulo y escalera de la casa Tassel (Bruselas). Construida por Victor Horta en 1892-1893.
Salamndra de "trencadís" del Parque Güell, Gaudí.


La arquitectura del s. XIX se había movido dentro de una profunda contradicción: todo el mundo sentía la necesidad de encontrar un lenguaje arquitectónico propio y específico que respondiera a su época, pero como el sistema de construcción que mejor se adaptaba al signo de los tiempos - el de los ingenieros - no se consideraba verdadera arquitectura, los arquitectos recurrieron a los diferentes estilos del pasado, y por todas partes se levantaron edificios neogriegos, neorrenacentistas y, sobre todo, neogóticos, sin que nadie pareciera poder encontrar una salida a aquella situación de agotamiento.

Y es en este contexto donde hay que situar la aparición del Modernismo como un intento de encontrar un estilo moderno, adecuado a un tiempo que esperaba el nuevo siglo con entusiasmo, que estuviera completamente desvinculado del pasado y que se basara en la utilización de los nuevos materiales. 
Un estilo que no sólo fue internacional (en toda Europa surgieron movimientos con un nombre muy parecido: Modernismo en España, Art Nouveau en Francia, Modern Style en Gran Bretaña, Jugendstil en Alemania, Sezessionsstil en Austria…), sino que prendió con fuerza en todos los ámbitos del arte y del diseño para crear un auténtico entorno decorativo, controlado por el arquitecto, capaz de aplicarse a todos los aspectos de la vida urbana: desde las casas a las estaciones del metro, de los muebles a la decoración de interiores, incluyendo los vestidos de sus propietarios.
La fealdad de sus diseños, la monotonía de los productos en serie, el miedo a la alienación provocaron en Gran Bretaña, el país donde la industrialización estaba más avanzada, un movimiento encabezado por William Morris (1834-1896) que pretendía recuperar la calidad del diseño y de la producción artesanal y del que el Modernismo será su heredero directo. 

Sus primeras manifestaciones se produjeron en las obras de un arquitecto belga, Victor Horta (1861-1947), que en la Casa Tassel (1892), planteó un nuevo concepto de la arquitectura basado en una utilización racionalista del hierro, que no impide darle un refinado tratamiento expresivo y decorativo a base de curvas y ritmos lineales muy refinados que dan a las columnas, vigas y barandillas un aspecto floral. 
Desde Bélgica, y gracias a la rápida difusión que permitían las revistas ilustradas, se extendió de inmediato por toda Europa, encontrando en Cataluña uno de sus focos más importantes, gracias al entusiástico apoyo que le prestó la burguesía industrial. Y fue allí, además, donde trabajó uno de los arquitectos modernistas más importantes y originales del movimiento modernista, Antonio Gaudí (1852-1926), cuya arquitectura, sumamente plástica, casi como si se tratara de esculturas, parece hecha a base de formas naturales. Gaudí realizaba, además, la decoración interior de los edificios que construía, buscando esa coherencia interna típica del movimiento modernista. 
Destacan, a su vez, otros arquitectos como Domènech i Montaner, y Puig i Cadafalch. Pero en Barcelona el modernismo llegó a todas las artes, creándose un verdadero ambiente cultural en el que destacaron pintores como Santiago Rusiñol, Ramón Casas, Isidre Nonell, etc.
Este nuevo estilo afectó, básicamente, a la arquitectura y las artes decorativas, pero influyó en todas las demás. Su teoría se difundió a través de las publicaciones ilustradas, conferencias, exposiciones, etc., que también sirvieron para dar a conocer los progresos técnicos. Así se sentaron las bases para la creación de este estilo con características unitarias a pesar de los elementos locales que se incorporaron en cada país. 
También se le conoce como Estilo 1900, y se puede definir como una búsqueda para dar el máximo valor ornamental a la línea curva, bien de origen floral (Bélgica, Francia, España) o geométrico (Inglaterra, Escocia, Alemania). Nace como reacción contra el academicismo y el eclecticismo del siglo XIX, inspirándose directamente en la naturaleza. Sus raíces inmediatas deben buscarse en la pintura simbolista.
El modernismo tendía a la unidad arquitectónica entre interior y exterior, y a una coherencia entre estilo y estructura, decoración y ornamentación. En las artes decorativas se quería ofrecer calidad, en contra de la vulgaridad de los productos comerciales que ofrecía la producción industrial masiva. En este punto continuaron el movimiento inglés Arts & Crafts (interesado por la funcionalidad del espacio interior y por el diseño de los detalles que hacen más agradable la vida de los moradores), impulsado por W. Morris. En el continente no se iba contra la producción en serie, sino que se intentó coaligar arte e industria para poder ofrecer productos bellos que estuvieran al alcance de todo el mundo aunque en realidad se diseñaron objetos que se fabricaban con técnicas artesanales y materiales caros, que resultaban inaccesibles para la mayoría de la población, pero muy apropiados para la rica burguesía industrial o financiera.
En la arquitectura se buscará la flexibilidad de la línea y su sinuosidad con fines decorativos; el uso de materiales coloreados y de la piedra moldurada; y la utilización de rejas, balcones y soportes de hierro forjado. Los nuevos materiales proporcionaban al arquitecto una absoluta libertad creativa. El arquitecto asume no sólo la parte estructural o constructiva, sino también la parte ornamental y mobiliaria (objetos de uso), convirtiéndose así en diseñador.


Los interiores modernistas


Diseñados como una superficie de líneas sinuosas y sensuales, concretan la tendencia naturalista y ondulante del Art Nouveau. Son conjuntos armónicos creados con libertad y fantasía.
Se busca el placer que proporciona la integración de la belleza y el bienestar. La naturaleza es trasplantada al interior, dotándolo de flexibilidad, inestabilidad y ligereza. 
Se utilizan diversos materiales: hierro, mosaico, madera…Las líneas sinuosas se prolongan por las paredes y los suelos, en una especie de metáfora vegetal. La obra es tratada como un conjunto orgánico, extraído de las formas de la naturaleza; la utilización de elementos florales con fines decorativos crea un ambiente elegante.
Los principales centros de producción artística modernista se sitúan en Francia, Bélgica, Alemania y Austria. .

lunes, 6 de mayo de 2024

LA ARQUITECTURA CONTEMPORÁNEA: LOS NUEVOS MATERIALES.


Crystal Palace, de J. Paxton (1851)  


La ingeniería del hierro de mitad de siglo tiene sus máximos exponentes en invernaderos y pabellones de muestras, entre los que destaca el (desaparecido en 1926) de la exposición de Londres de 1851, construido por Paxton en nueve meses y de impactante efecto estético. Las estructuras de hierro y cristal desarrollan el gusto megalómano que se derivaba de la tendencia sublimista del primer Romanticismo, que encuentra ahora una forma de realización que va a exaltar las virtudes del progreso. Los resistentes elementos de hierro fundido fabricados en serie y de fácil ensamblaje permitieron elevar y prolongar de forma colosal la nave central, a base de módulos regulares, y especialmente el crucero, formando tres niveles en altura.

EL SIGLO DE LA INDUSTRIALIZACIÓN

El siglo XIX es un tiempo de gestación. La nueva sociedad, la nueva cultura industrial, necesitaba una respuesta arquitectónica a sus necesidades y esta respuesta, que no será dada satisfactoriamente hasta el sigo XX, se elabora durante el XIX. Es un período en el que se entrecruzan diferentes tendencias, con una cierta confusión, pero sobre todo está marcado por el enfrentamiento entre tradición arquitectónica y las nuevas técnicas, materiales y necesidades aportados por la revolución industrial. Esto provoca la existencia de dos tendencias artísticas que se prolongan a lo largo de todo el siglo: la arquitectura historicista y la arquitectura del hierro.

LA ARQUITECTURA DEL S. XIX

La evolución de la arquitectura durante la época contemporánea viene marcada por la utilización de nuevos materiales y nuevas técnicas constructivas, adaptadas a las necesidades de la nueva sociedad industrial. Durante los primeros decenios de este siglo las formas neoclásicas siguieron inundando las principales capitales europeas, en un afán burgués de rememorar las glorias y virtudes de la época clásica. El movimiento romántico hizo que los arquitectos, animados por un espíritu que sentía nostalgia por el pasado, hicieron resurgir las formas góticas o islámicas. Esta corriente arquitectónica recibe el nombre de “Historicismo” y se caracteriza por el revival de distintos estilos históricos o de procedencia exótica. Su desarrollo fue determinante para la evolución de la arquitectura y de las artes decorativas. Nació como oposición al arte oficial de las academias y bajo la influencia del romanticismo. Quería recuperar las raíces genuinas de los pueblos, presentes en la etapa medieval, y alejarse de la influencia italiana. Este nuevo estilo estuvo de moda durante el período comprendido entre el final del Neoclasicismo y la llegada del Art Nouveau. Los arquitectos utilizaron las nuevas técnicas constructivas que permitían el empleo del hierro y otros materiales, para levantar los nuevos edificios. Esta corriente impuso, para la construcción de grandes edificios públicos, el renacimiento de distintos estilos del pasado: griego, clásico, románico, gótico y el interés por estilos exóticos como el mudéjar, hindú, chino, etc., que se extendieron por toda Europa.

LA ARQUITECTURA EN HIERRO Y CRISTAL

Pero la arquitectura contemporánea surge realmente de las necesidades planteadas por la creciente expansión de las ciudades que trajo consigo la Revolución Industrial. El ferrocarril, que había sido un factor decisivo en este crecimiento urbano, contribuyó a que la ciudad moderna se saliera de sus límites y se proyectara sobre el territorio circundante. Contribuyó a cambiar el aspecto de las ciudades y del campo con sus estaciones, puentes y viaductos, que se acabaron convirtiendo en un elemento más del paisaje. Fueron este tipo de construcciones, esencialmente prácticas, las primeras que adoptaron los nuevos materiales, el hierro y el cristal que, son sus infinitas posibilidades, revolucionaron la arquitectura posterior. Ya a finales del s. XVIII se construyen las primeras obras con hierro colado o fundido, hecho que en buena parte supone que la labor del ingeniero desplace a la del arquitecto, fundamentalmente en la arquitectura inglesa. La función de soporte que anteriormente desempeñaba el muro, pasó a ser ejercida por la estructura de hierro. El cristal, que se fabrica industrialmente, permite, a su vez, incrementar la luminosidad del edificio, dado que permite cubrir grandes espacios y eliminar los muros en las nuevas construcciones, resolviéndose así el problema de la adecuada iluminación de los interiores, al mismo tiempo que la electricidad permitía la construcción de edificios de gran altura dotados de ascensores y, paralelamente, solucionar los problemas de aireación. La comunicación interior y exterior del edificio se veía favorecida por estos nuevos materiales.
Las nuevas técnicas constructivas y los elementos prefabricados en serie permitirán la construcción masiva de edificios públicos: galerías, invernaderos estaciones de ferrocarril, bibliotecas, mercados, etc. ; y de edificios privados: almacenes, fábricas, etc. Se había roto el monopolio constructivo, en cuanto a clientela, de la Iglesia, la aristocracia y la Corona. Los palacios y las iglesias dejaron de ser el prototipo arquitectónico dominante. El resultado fue la creación de espacios libres, luminosos y funcionales, perfectamente adaptados a las necesidades de la sociedad industrial.
Todas estas posibilidades se revelaron en el Palacio de Cristal (1851) de Joseph Paxton (1803-1865): un edificio de enorme capacidad (70.000 m2 ) pero que pudo construirse en un tiempo récord y a buen precio gracias a que toda su estructura estaba formada por elementos normalizados y prefabricados, fáciles de montar, que además se podrían volver a utilizar de nuevo si fuera necesario. El Palacio de Cristal, que en esencia era un invernadero gigantesco, permitía la creación de un espacio amplio y diáfano que se adaptaba perfectamente a su finalidad, servir de marco a la Gran Exposición Universal de Londres; y fue con motivo de otra, la de París, cuando Gustave Eiffel (1832-1923), un ingeniero con amplia experiencia en este tipo de construcciones, levantó el que se convertiría en símbolo de la nueva arquitectura: la Torre Eiffel (1887-1889), que despertó una amplia polémica sobre la licitud o no de este tipo de arquitectura. En el Palacio de Cristal del Retiro madrileño, de Ricardo Velázquez Bosco, de 1887, encontramos la primera obra española de esta nueva modalidad, así como en la estación de Atocha, de 1894.

En cualquier caso, los ingenieros revolucionaron la arquitectura en dos sentidos diferentes. Uno, porque la mayor resistencia del hierro (unido a otros factores, como por ejemplo el invento del ascensor) permitió la construcción de los primeros rascacielos en Estados Unidos antes de que terminara el siglo XIX, en ciudades como Chicago y Nueva York. Otro, porque la construcción en hierro y cristal se regía por unos principios distintos a los de la construcción en piedra, e hicieron que, por primera vez en cerca de quinientos años, los arquitectos se olvidaran de los viejos órdenes clásicos, arrumbaran definitivamente la sucesión de recuperaciones historicistas en que había consistido la arquitectura del siglo XIX y, en vez de preocuparse sólo por la belleza, lo hicieran también por la comodidad y el funcionalismo de los edificios que construían. Algo que, por otra parte, resultaba muy lógico si tenemos en cuenta que el principal cliente de los arquitectos era una burguesía interesada en conseguir la mayor calidad posible de vida, aunque a veces se buscara a través de caminos tan distintos como el hiperdecorativismo de la arquitectura modernista o el mucho más racional de hombres como Adolf Loos, que rechazaban cualquier tipo de adorno superfluo en sus casas; Frank Lloyd Wright, que buscaba integrarlas dentro de la naturaleza, o Le Corbusier, que las concebía como máquinas para habitar.
Este tipo de construcciones fueron obra preferentemente de ingenieros o de personas de otras profesiones, ya que los arquitectos nos las consideraba arquitectura propiamente dicha. Entre estos últimos estalló la polémica sobre los valores de los nuevos materiales. La discusión giraba en torno a si la arquitectura de hierro reunía valores estéticos además de los funcionales, reconocidos por todo el mundo. Las divergencias surgieron también en el campo de la arquitectura, preguntándose si en este arte debía predominar la estructura o la decoración.


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domingo, 5 de mayo de 2024

PINTURA DEL S.XIX: REALISMO


Características Generales.


Durante la segunda mitad del XIX asistimos a cambios importantes del mundo del arte, se pasará de una pintura realista a otra impresionista que abrirá las puertas de todos los cambios posteriores.
A nivel político es el siglo de las revoluciones burguesas. Durante todos estos años una rica burguesía controla la política y también el gusto artístico a través de los Salones, medio por el que los artistas exponen su obra y se dan a conocer; frente a ella estarán el socialismo y buena parte de la intelectualidad y de los artistas que claman por una mayor libertad.
El realismo reivindica el apogeo de la realidad, la importancia de los temas cotidianos tratados de un modo objetivo sin idealización ni pintoresquismo, frente a los grandes temas del pasado- religión, mitología, alegoría, historia...- . En este sentido el romanticismo les ha abierto las puertas al haber insistido tanto en el paisaje, sin mitos, y en lo popular.
En realidad lo escandaloso de los realistas está en los temas, la manera que tienen de afrontar la realidad ya que la técnica es más tradicional. Se niegan a idealizar las imágenes y el hombre aparece en sus tareas normales. El gusto burgués mira con añoranza las realizaciones más frívolas del arte del Antiguo Régimen y la aparición de las obras de Courbet suponen un provocador revulsivo.


Los pintores realistas:


Courbet (1819-1877). Considera función de la pintura reproducir la realidad tal como es, libre de todo prejuicio filosófico, moral, político o religioso. Obras importantes son El estudio del pintor y Un entierro en Ornans.
Daumier (1808-1879). Realiza grabados y litografías y caricaturas que critican la hipocresía de la monarquía de Luis Felipe. En la pintura al óleo utiliza una pincelada enérgica que da la sensación de abocetamiento. Sus temas reflejan el compromiso y la solidaridad con las clases humildes como en La lavandera o en el Vagón de tercera.
Millet (1814-1875).Es el primer pintor que nos presenta como exclusivo protagonista de un cuadro al trabajador, pero siempre en actitud resignada y paciente como en elAngelus o El sembrador.

El Paisaje realista.
 El principal artífice del cambio fue Corot y tras él la escuela de Barbizon, cuyos pintores intentan plasmar en la tela la realidad del paisaje francés. Corot no se deja llevar por la interpretación de la naturaleza propia de los románticos, sino que ve la naturaleza tal como es, no tal como se la imagina. Los paisajes de Corot captan el instante, la luz huidiza, la atmósfera que sabemos que cambia según las horas. Obras importantes son La catedral de Chartre y El puente de Mantes.

PINTURA DEL S.XIX: ROMANTICISMO




El Romanticismo es hijo de un contexto histórico:


La Revolución francesa
, las guerras napoleónicas que azotan Europa y la crisis interna de los sistemas del Antiguo Régimen, provocan la pérdida de la fe en la Razón. Como reacción, aparece una nueva sensibilidad que se caracteriza por conceder un valor primordial al sentimiento, la exaltación de las pasiones, la intuición, la libertad imaginativa y al individuo. El romanticismo es, ante todo, una manera de sentir.
El Romanticismo se opone al carácter encorsetado de la pintura académica, rompiendo con las reglas de composición. Su temática busca la evasión, los lugares lejanos y las épocas pasadas. Algunas causas como la guerra de la independencia griega gozan de un gran predicamento entre los románticos. Entre sus máximos exponentes se encuentran los franceses Géricault y Delacroix, los ingleses Constable y Turner, que anticipa el impresionismo, y el germano Friedrich.
Los términos “clásico” y “romántico” son utilizados como términos críticos al arte de cada época. A mediados del siglo XVIII, aparece una división entre lo clásico y lo romántico a partir de la obras de Burke y Winckelmann. Los clasicistas creían que el arte debía buscar la noble simplicidad y la sosegada grandeza. Los románticos, por el contrario, creían que el arte debe sustentar emociones. El término romántico tiene diferentes interpretaciones: peyorativas o laudatorias. El término se acuñó a finales del siglo XVIII para definir una nueva actitud artística que quería poner de relieve lo local y lo individual frente al universalismo, y lo emotivo frente a lo racional. Se propugna la experiencia y romper con el arte mimético y las copias.
Aunque los historiadores suelen separar los estilos, lo cierto es que el Romanticismo y el Clasicismo se combinan. El fin podría fijarse con el comienzo del Realismo, aunque resurgían con el Simbolismo.
El Romanticismo es un movimiento artístico y literario que apareció al final del siglo XVIII y principios del XIX, que dio fuerza, emoción, libertad e imaginación a la clásica corrección de las formas del arte, fue una rebelión contra las convenciones sociales. El siglo XIX es políticamente bastante comprometido se producen movimientos independentistas, se desarrolla el nacionalismo, la industrialización, el nacimiento de la burguesía. En el campo del arte se renueva la arquitectura con la aparición del hierro que ofrece nuevas posibilidades y surge la arquitectura utilitaria. También aparece la fotografía que pone de moda la realidad.



MUERTE DE SARDANÁPALO, 1827. E. DELACROIX. Óleo sobre lienzo.


La pintura romántica: características generales

. La pintura romántica rechaza las convenciones neoclásicas y sus rígidas reglas; supone un momento de renovación técnica y estética de importantes consecuencias para el futuro:

• Utiliza diferentes técnicas: el óleo, acuarelas, grabados y litografías.
• La textura comienza a ser valorada en sí misma y aparecen las superficies rugosas junto con las formas más sutiles. La pincelada es libre, viva y llena de expresividad.
• Desaparece la línea frente al color. Se recupera la potencia sugestiva del color, liberándose las formas y los límites excesivamente definidos. Es el agente emocional de primer orden
• La luz es importantísima y se cuidan sus gradaciones dando un carácter efectista y teatral.
• Las composiciones tienden a ser dinámicas, marcadas por las líneas curvas y los gestos dramáticos. Algunos autores como Friedrich prefieren esquemas geométricos más reposados.
• En cuanto a los temas lo característico es la variedad, aunque existen características generales sobre el tratamiento de los temas. Surge el exotismo de la memoria de un misterioso y glorioso pasado que incluye desde la antigua Grecia hasta la edad Media, en especial la época gótica. El gótico es el estilo por excelencia. En la pintura se recogen arquitecturas góticas, leyendas, momentos históricos, etc.
El exotismo también en una amplitud geográfica que incluye el mundo desconocido del norte de Africa y la nueva América salvaje. Se descubre Oriente, que ofrece la luz y el color, así como nuevos temas. Por último la fantasía , y sobre todo el drama con un obsesivo sabor por la muerte, la noche y las ruinas, así como por los monstruos y las criaturas anormales.
Otro gran descubrimiento del Romanticismo es la Naturaleza y el cultivo del género del paisaje, que será exhaustivo. Se pintan paisajes fantásticos, imaginativos, de estudio, evocados, etc. El pintor se enfrenta a la realidad del paisaje, salen al exterior. Por ejemplo los paisajistas alemanes, con Friedrich a la cabeza, proponen el paisaje espiritual, que ayuda a la evocación religiosa por medio de su grandeza. Valoran los estados atmosféricos, como la niebla.
También reivindican la individualidad, el culto al individualismo. El artista prefiere su libertad a la de la colectividad. Por eso son pocos los artistas comprometidos. Por ejemplo Delacroix con la “Libertad guiando al pueblo” donde aparecen pintadas por primera vez las barricadas como testimonio de reivindicación política. Aunque, en general, las reivindicaciones son más exóticas, temas de bandoleros como héroes románticos, etc.
Dentro de la individualidad surge una nueva relación entre cliente y artista. Es un trato de igual a igual. Cambian un bien por un bien. El artista ya no es el artesano. Se crean grupos de artistas que trabajan en común sin romper la individualidad, como el grupo Prerrafaelista inglés o los nazarenos alemanes.